15 mayo 2006

Senderos


Me dijeron hoy una cosa curiosa: nunca se debe tirar una llave, porque al despreciarla, estás cerrando una puerta: una que jamás volverás a poder abrir. Y cuantas llaves no habré tirado yo en tiempos pasados, incluso antes de averiguar que encerraban.
El destino, sin entrar en reflexiones sobre si está escrito o no, es una suma de elecciones. Unos creen que nacemos con una senda predefinida, otros que el camino es decisión del que anda. Al final, sigue siendo una suma de elecciones, estén o no predestinadas. Es como un laberinto en el que se camina a tientas, abriendo unas y otras puertas; retrocediendo porque encontraste un muro ciego; dando vueltas en círculo, o encontrando un nuevo recorrido a seguir. Siempre caben arrepentimientos, pero no hay camino mal andado, siempre que se conserven las llaves de las puertas que dejamos atrás, porque eso nos permite la posibilidad de deshacerlo y volverlo a andar, no partiendo de cero, sino desde nuevas perspectivas, y con ella, la posibilidad de ir descubriendo así el sendero de la vida…

Amartya 15/05/06

La bailarina Agnes Barmettler